Dicen que uno de los mayores regalos de la naturaleza son sus rayos. Y dicen que contemplar tan sólo esos primeros momentos al amanecer o justo al ocaso, (sungazing) es una bendición para la salud y para el espíritu.
Es maravilloso ver que a pesar de cómo tratamos al planeta, día tras día, la madre Naturaleza nos sigue colmando de regalos.
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