El óleo que aparece aquí abajo es de cuando solicité permiso para pintar en el bellísimo "hospital de los Venerables". Disfruté mucho de aquellos días y recuerdo que incluso alguna obra de aquella serie fue premiada.
Me fascinaba tanto la cal vibrando al sol, el rojo de fuego en torno a las arcadas...Y sobre todo la paz del típico patio sevillano, convertido en arte por el maestro Figueroa.
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